¡¡Me como el mundo!!

Quien no hace nada malo conscientemente, no tiene miedo de enfrentarse a nada.

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domingo, 27 de marzo de 2011

Fuera de lugar

¿Nunca te has sentido fuera de lugar? Es una de las peores situaciones, ya que estas con mucha gente pero solo a la vez. Quieres desaparecer, huir, no haber llegado, ocultarte, volver a casa... pero ya no puedes hacer nada. Lo que más angustia a una persona en esta situación no es que no le tengan en cuenta, si no que sea justo lo contrario y le pregunten mil y una vez; "¿qué te pasa?". ¿Qué se le responde a eso? No tiene una respuesta, porque el problema viene de ti mismo. De estar con personas que se transforman delante de otras pero no puedes cambiarlas porque son así. De gente que quiere llamar la atención, no valoran realmente lo que tienen al lado y solo se preocupan por quien esté enfrente. Es un ejemplo de egocentrismo desde mi punto de vista. Alguien que quiere llamar la atención a toda costa sea como sea, haciendo lo que sea. Una situación en la que te encuentras al margen de la otra persona que te a eclipsado y no deja que la atención sea de nadie más.
Y ahora bien, ¿qué hacer en estos casos? Aguantarte, así de claro. Nadie tiene la culpa de que la otra persona sea así y ahora te toca a ti crecerte. Sonreír, interesarte, no pasar del tema ni quitarte de en medio. Aún quedan personas a tu lado ¿sabes? y lo mejor es quedarte con ellas y tomarlas más en cuenta porque nunca sabes cuándo te puede tocar a ti ponerte en ese lugar. Así que afronta el problema como puedas y mantente a flote. Eso dice mucho de una persona.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Estoy dispuesta

No hay ningún problema que deba inquietarte. ¿Piensas que todo te sale mal?¿Has tenido un mal día? A la mínima lo primero que se te pasa por la cabeza es "vaya mierda de vida", pero te equivocas. Tu problema es insignificante comparado con toda la vida que te queda por delante. Piensa en un futuro, mírate con tus hijos preparándolos para el primer día de clase, ¿no es bonito?. Enfoca tu vista en el futuro, tómate un baño, quédate sola hasta que se te pase, regálate tiempo que seguro que lo necesitas, no le des más vueltas al tema, piensa en vidas ajenas y mira que grandes son sus problemas comparados con los tuyos aunque eso sea un consuelo de tontos. Todo problema tiene solución, a esta edad hay que disfrutar de cada tontería; excursiones, fiestas, amores, amigos, conocidos... y así podría continuar enumerando, mi madre siempre me dice "¡ojala pudiera tener tu edad y montármelo como tu haces! ¡aprovecha ahora que puedes!" y es una verdad como un templo, un mismo momento no pasa dos veces. Además con el tiempo todo irá cambiando para serenarse y convertirse en monotonía. Encontraremos un trabajo, un marido, una casa, tendremos hijos... ¿y con eso qué tiempo libre te queda?, ya no podrás repetir todo lo que antes hacías. Quedan amigos por conocer y otros que realmente no lo son los vas a perder. Puede que pasen por tu vida muchos hombres pero solo uno se quedará a tu lado. Todos tenemos virtudes, mejóralas para que te reconozcan por ello e intenta hacer pequeños tus defectos. No llores, y mira que te lo dice alguien que llora por lo más mínimo, aunque realmente, hazlo si quieres. Llorar es bueno en muchos momentos y hasta que no pasas por las situaciones varias veces no dejarán de caer gotas por tus mejillas.
Ya estoy lista, se seguir adelante, estoy dispuesta a comerme el mundo de un solo bocado, porque tengo gente que me apoyan, gente que no; me da igual, soy feliz con ellas, eso es lo que me importa y ya soy consciente de que en el peor de los casos se pueden dar traiciones en cualquier momento. Conozco a una niña desde hace muchísimo tiempo que desde que la conocí con la un “¿Quieres ser mi amiga?”  se convirtió en alguien realmente importante y es un gran pilar en mi vida. Tengo una familia increíble, son los mejores, les cuento absolutamente todos mis secretos y me río a carcajadas con cada una de sus locuras. No tengo a ningún chico en mente pero no me hace falta, tengo para eso toda una vida. Soy feliz con cada cosa que me gusta hacer, y lo digo más chula que un ocho, pero tumbado, ya que estoy dispuesta a sobrepasar los límites del infinito. La vida merece la pena, créeme y recuerda estas palabras cada vez que te avergüences de la tuya.
Después de tantas razones, ¿estas seguro de que quieres estar mal?
El futuro es ahora, ¡vívelo!  

Lonely

Entraron y no oyeron ni un ruido, nada, solo silencio. Todo está oscuro, no entra nada de claridad. En el fondo del pasillo hay una habitación de la que sale un hilo de luz por la puerta entrecerrada. Una niña estudia sin detenimientos. Lleva encerrada bastante tiempo.
Al mediodía sus padres decidieron salir, volverían muy tarde. Ella estaba deseando que se fueran, necesitaba un respiro. Cerraron la puerta de un golpe y se sintió libre, ya que podría hacer lo que quisiera y además su hermana estaba fuera ese fin de semana. Era un sábado y todos sus amigos habían salido, estarían divirtiéndose en cualquier lugar mientras ella aburrida no sabía que hacer. Por si fuera poco tenía un examen en breve y lo que menos le apetecía era estudiar. Después de tantas quejas, decidió no hacer nada. Encendió su ordenador y se conectó para ver si había alguien con quien hablar o si encontraba alguna novedad o algo que le entretuviese. Nada, todos estaban en la calle y no había nada por lo que se decantase, nada que le llamase la atención. "¿Por qué no habré salido? Sabía que al final no estudiaría... Ahora estoy aburridísima y no tengo ni idea de lo que hacer". Cuando te obligan a estudiar, cualquier tontería es buena para entretenerse y deseas acabar los exámenes para poder continuar con eso que ahora no deberías estar haciendo. Por otro lado, cuando tienes todo el tiempo libre del mundo, lo que antes te parecía increíble ahora te da pereza hacerlo.
Finalmente decidió ver una película, una de esas tantas que tenía en una lista que nunca acababa. Anocheció, estaba sola y eso era insoportable. No escuchar el ruido de su madre en la cocina, ni la televisión en el salón o los gritos y juegos de su hermana aumentaron su triste estado de ánimo. Decidió ir a la cocina a tomar algo a ver si así se le pasaba. Sacó la sartén y se preparó un perrito aunque tenía tan poca experiencia en la cocina que le costó hacerlo. Cuando pensó que estaba en su punto le echó ketchup y mostaza y cogió una bolsa de patatas fritas. Después se acercó a la nevera y cogió un yogur desnatado de frutas para compensar lo anterior, decía ella. Empezó la película y conforme iba pasando el tiempo se sentía peor por no haber estudiado nada. Al final cuando terminó lo apagó todo, lavó los platos y cubiertos y se encerró en su cuarto dispuesta a concentrarse. Deshizo su cama, encendió la lamparita de la mesita de noche y empezó a estudiar hoja por hoja hasta que sus padres llegaron.

martes, 22 de marzo de 2011

Abuelos

Abuelos, tan mayores pero saben tanto. Cada uno es un libro, una historia sobre lo que han vivido, guerras, hambre, errores de los que han aprendido y murallas que se les han plantado en medio de su camino. Vivieron como pudieron, después tuvieron hijos y los trataron con todo el cariño del mundo, los querían más que a su propia vida y darían lo que fuera por ellos como cualquier padre hace con sus hijos. Más tarde nacieron los nietos y viven felices pudiéndoles ver crecer sanos y fuertes, desde que eran bebés hasta hoy. Hasta el día en el que la vida decide que uno de los dos debe irse a un lugar mejor... y es cuando se vuelve más complicada para la persona que se enfrenta con la soledad. Esta persona está en su casa haciendo croché, viendo la tele y mirando como el perro que es su única compañía juega tontamente dando vueltas por el jardín. Y así se pasa días y días esperando a que llegue algo, una novedad que acabe con tanta monotonía, la soledad es mala compañera. Compra golosinas para sus nietos y dulces para sus hijos cada día, esperando que de un momento a otro lleguen, pero no es así. Pasan días y días y solo ve a uno de sus hijos constantemente que va a su casa para arreglar cosas del trabajo. Así hasta que rara vez aparece el coche de su hijo que vuelve para encargarse de su trabajo, pero la abuela que está observando como el coche aparca en el mismo lugar de siempre se percata de que en el coche hay alguien más. Dobla el entrecejo y tapa el sol con la mano para poder ver quién es. Salen del coche los dos cuerpos y en ese momento distingue el segundo. Se trata de su nieta, hacía incluso meses que no la veía. Con tanta ilusión, la abuela va corriendo a su encuentro. Pasa por el portón, la saluda y le repite la frase que siempre le dice, "¡que mayor estás!", "¡que alegría verte, no te esperaba por aquí!". Y le da miles de besos. A continuación entran, le ofrece asiento a su nieta y le cuenta como está, su dolor de piernas, cotilleos del barrio... Y suelta comentarios que no se te borrarán nunca. "Le pido a Dios que me lleve pero no me hace caso, ¡yo ya no sirvo aquí para nada!, ¡solo les traigo problemas a los demás y a mi misma!" En ese momento no sabes que responder. Te quedas callada y bajas la mirada. Intentas cambiar de tema, acaricias al perro que pasa por allí olfateando e intentas preguntarle por cualquier otra cosa. Llega la hora de irse y te pide que le cojas algo del cajón, que seguro que tienes hambre. Se lo niegas, acabas de comer y no te apetece nada aunque después acabas aceptándolo. Te despides de ella y subes al coche mientras te dice adiós con la mano, "dale un beso a tu madre de mi parte". De camino a casa tu padre pregunta, "¿por qué coges esos dulces si no te los comes? Con razón se gasta tu abuela el dinero tan rápido, si solo se lo gasta en tonterías." El coche se queda en silencio y solo se escucha el motor y el ruido de fuera, piensas una respuesta y le contestas " Ella es feliz así, por mucho que quieras va a seguir comprándolos día tras día. Qué mejor que aceptarlo y valorar lo que hace por los demás; somos lo único que le queda."

sábado, 19 de marzo de 2011

Vidas

Andando por la calle miro a las personas que pasan por alrededor y me imagino qué será de sus vidas, a dónde irán, como serán sus casas, su familia, trabajo... Mira ese hombre de allí, lo conozco desde hace mucho tiempo, que cambiado está. Descuidado, con unos pantalones de chándal muy usados y un jersey con muchas bolillas. Sus pelos canosos más largos cada vez y sin ningún cuidado, y esas gafas tan antiguas que lleva desde siempre. Sale del aula y se fuma un cigarrillo como hace siempre. Tiene la mirada perdida, como si estuviera pensando en muchas cosas a la vez. Pasan diez minutos y entra en el aula, llega tarde como de costumbre. Su alumno le está esperando con las partituras en el atril y la guitarra ya colocada. Se sienta y le afina la guitarra. Después toca, una canción y otra más, se mete en el papel como si fuera un auténtico profesional y acompaña cada gesto de su cara con la melodía, supuestamente está comprobando si la guitarra ya está bien afinada. Cuando acaba le sonríe al niño al ver su cara de admiración. Es una de las pocas alegrías que tiene en su día a día. No me lo imagino con mujer, ya que además no lleva ninguna alianza, vive para la música. Piensa en salir de ahí, llegar a ser algo más, encontrarle sentido a su vida. Algo que lo haga feliz, pero no sabe dónde encontrarlo ni por donde empezar a buscar.

jueves, 17 de marzo de 2011

Dime donde

¿Amores eternos? Quiero saber dónde están, quiero verlos y conocer su historia. Quiero que no me hagan creer cosas inexistentes. Amores duraderos como el de esa pareja, el de aquella...¡mentira! No todo es de color de rosas ni hay un príncipe azul que se coloque a su princesa cada mañana en la almohada. No hay amores de verano tan perfectos cómo dicen, de esos que aparecen en tu mismo viaje con el que compartes tu vida entera, ni caballeros que te salvan en los momentos más difíciles. Siempre me han estado hablando de historias de amor que tienen un final feliz, no tienen secretos, se complementan a la perfección, son como amigos con la única diferencia de que se quieren como algo más. Me han contado historias en las que la mala quedaba sustituida por la buena, que por ser así conseguía lo que quería, y encima topaba con el chico de sus sueños. Todo mentira, ¿donde está? porque yo por más que miro no veo nada.

miércoles, 16 de marzo de 2011


Cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas poder atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no ves.
-         Me las pagarás.
Pero el amor no es una deuda que saldar, no regala créditos, no acepta descuentos.

lunes, 14 de marzo de 2011

Largo y profundo

Correr. Hacer lo que más me gusta. Luchas contra ti mismo, contra el tiempo y la distancia aparte de que después quieras competir contra otros. Es agónico pero despues tienes una recompensa y vas obteniendo resultados. Me encanta, voy a pasarme toda la vida corriendo, porque después ves a los demás, a los que han convertido correr en un estilo de vida y quieres ser como ellos. Todo a su debido tiempo. Es cansado, de mucho esfuerzo y entrenamiento constante. Corres si llueve, si hace mucho calor, si hace mucho frío, en verano, en invierno, te apetezca o no. Después empiezas tu entrenamiento y te puedes encontrar con dolores, respiración inapropiada, calor o frío... miles de cosas que intentas corregir para la próxima vez si están en tu mano, contra las que luchas con el fin de hacer los kilómetros que te has propuesto o conseguirlo en un tiempo marcado. Recorres el mismo sitio de siempre, mucha gente se queda con tu cara o te miran al pasar corriendo y te sientes orgullosa por hacer lo que te gusta e ir desentonando con los demás. Es increible la motivación que una carrera te da. Nada más llegar te colocas el dorsal y te acercas a la salida mientras pasan por al lado más y más gente preparándose. Divisas gente de un club, de otros, algunos te suenan de vista de otras carreras y hay otros a los que ya incluso conoces. Te das cuenta de que está aquella que llevabas en los talones, al final te adelantó y te quitó tu puesto y comentas sobre ella, "esta vez no va a escapar". Te colocas con los demás esperando el pistoletazo de salida y no puedes evitar agobiarte cuando todo el mundo avanza y ves que tú no puedes por culpa del montón de gente que está delante. El pelotón se despeja y poco a poco a lo largo de los kilómetros te vas sintiendo mejor y llevas una respiración y ritmo constantes. Vas dejando detrás a unos y otros te adelantan a ti. Voy siguiendo las indicaciones que me da mi padre, "arrímate a la izquierda", "acuérdate que la línea recta es la distancia mas corta", "¿Vas bien?", "afloja que te vas a defondar", "sabrás que estás corriendo bien cuando no escuches tus pisadas", "vamos a aligerar y adelantamos a este que lleva delante todo el camino", "no pienses que estás cansada, se positiva, así seguirás bien, es psicológico"... y así se te van pasando mientras por la cabeza miles de cosas; cuanto faltará, cuanto tiempo llevaré, quien quedará todavía detrás, etc. De pronto uno de los espectadores de la carrera que hay por la calle te grita: "¡Vamos niña que ya te queda menos de la mitad!". "Menos de la mitad, uf... Pero sigues con las fuerzas que te quedan, hace tanto calor que desearías haberte puesto otra cosa y todo en lo que piensas es negativo. "El último kilómetro, vamos que solo queda esta subida", me dice mi padre que ha estado todo el rato al lado. "¡¿Subida?!, dios mio lo que faltaba". Aún así no te detienes, ves como hay gente que se rinde y sigue andando, pero no quieres parar, he venido a correr esta carrera y la acabaré corriendo aunque sea lo último que haga. Cada vez hay más y más gente viendo como llegan los corredores y cómo se aproximan a la meta. "El último esfuerzo". Te lanzan vítores y te motivan. De modo que sacas fuerzas de donde ya no quedan, quieres quedar bien delante de todos aunque no tengas ni la más remota idea de quienes son y haces un sprint para terminar en condiciones y adelantar a unos pocos rezagados. Después no sabes ni donde estas, solo se te pasa una cosa por la cabeza, "por fin". Miras el tiempo, estiras, te pones algo de abrigo aunque estes asquerosamente sudada y esperas a que entreguen los premios y a ver los sorteos por si te tocara, aunque es absurdo ya que sabes que nunca eres el afortunado. Después de esto te subes en el coche y vas pensando en cuándo volverás a ir a entrenar, "serán más duros", "iré mañana mismo". "Quiero ser mejor". A esto se le suman los ánimos de la gente que tienes a tu lado y deseas con muchas ganas hacerlo cada vez mejor. Me encantaría apuntarme a un club y entrenar horas y horas haciéndo lo que alguien me mande. Tener compañeros con los que picarte por ver quién es mejor que quién, conocer a gente que comparte tus mismos gustos, que son como tú. No se como me puede gustar tanto una cosa, será por eso de que quiero hacer las cosas cada vez mejor y me gusta superarme y luchar contra mi. Es algo que por mucho que escriba y explique nadie va a entender jamás hasta que se ponga en mi piel.

sábado, 12 de marzo de 2011

Cold...

Fría, fría como la nieve, como el invierno, no he aprendido a ser así, es algo que viene de fábrica. Algunas veces lo odio, todo me viene mal. Todo tiene que ser perfecto, sin ningun fallo ni imperfección, si no, no vives cada momento como deberías, estas pendiente de cada mínimo detalle. Siendo así, para mi es frustrante que algo vaya mal o que simplemente algo no salga bien, si haces un esfuerzo, se espera una recompensa y si esta no llega, uno se siente defraudado y cada vez que esto ocurre se me viene el mundo abajo. En muchos casos pareceré lo que tu quieras creer, júzgame como quieras. Me verás como una borde, sosa, seca, fría. Pero soy así, hasta que todo no marcha bien yo tampoco. Soy una verdadera inconformista, realista.

martes, 8 de marzo de 2011

Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Y se lo dices. Se lo dices a él. Y eres consciente de que hay respuestas que quizá deben cambiarse. Es preciso partir para volver a encontrar el camino.


domingo, 6 de marzo de 2011

Tanta verdad...

No te preocupes por el futuro. O preocúpate, sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle. Lo que si es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida, son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de esos que te sorprenden a las cuatro de la tarde de un martes cualquiera.
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